viernes, 10 de diciembre de 2010

¿Los juguetes son regalos?

Dejarme que me ponga un poco didáctico. Son fechas indicadas para ello. O no. El caso es que yo tengo niños que creen en Los Santos Regalos y, claro, como son pequeños...


Hace unos días nos acercamos a un gran almacén de juguetes para ver qué se ofertaba y a qué precios. Y nos quedamos pegados. Gormiti, Bakugan, Scalextric, Cars, Playstation, Nintendo, Hello Kitty o Barbie... siguen apostando por guerras monstruosas, motorización competitiva, sedentarismo tecnologizado, sexismo amanerado y otras lindezas. Y siguen presidiendo escaparates y estanterías. Siempre estarán ahí también Lego y Playmobil con sus cada vez más complicados y estereotipados mundos ideales.

No quiero abundar en esto. Aburre. Al final es más de lo mismo, pero para nuestros niños... y los de los demás. Dumpers y excavadoras, coches de carreras, armas, policías y bomberos, pasivismo y ñoñería. Cultura, en definitiva. Y de la más genuina.

Y tú ¡ay de ti! queriendo ser una persona consecuente y ejemplar. O siendo un borde, que en estas fechas vendría a ser el sinónimo. O compras lo que te ordena el terrible aparato de la industria del entretenimiento infantil o eres un impresentable. Bonita disyuntiva.

A mi me salva que ya soy un borde y sigo regalando juguetes "sin electricidad" y que no tengan consumibles que reponer. Juguetes que obliguen a los niños a romperse la cabeza en sentido figurado o en el literal y en los que tengan que hacer algún esfuerzo bien sea físico o mental. Lo reconozco, no comulgo demasiado con esto, como me pasa con la mayoría de las convenciones masificadas y masificadoras, interesadas.

Así pues, este fin de año seguiré provocando desilusión entre la infancia de la que me rodeo. O no.

1 comentario:

  1. Muy bueno primo!! Tienes mucha razón. Me apunto al estilo borde, necesitaré algún asesoramiento, pero lo voy a intentar!

    Un abrazo,

    Pablo

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