viernes, 26 de agosto de 2011

Un paso atrás, dos pasos adelante

Corremos una carrera desaforada. Vemos el futuro sólo como un incremento del presente. Vivimos en una vorágine que nos hace creer que la inercia que nos empuja es un movimiento voluntario. Pero es tal la velocidad y la aceleración que ya somos incapaces de darnos cuenta a dónde vamos o si vamos a estrellarnos inmediatamente. Es así: nos han enseñado a correr estúpidamente y ya sólo sabemos competir aunque desconocemos cuál es la meta ni si es mejor que la salida.



Es por eso que cuando hablamos del pasado lo hacemos con desprecio y cuando tan sólo mentamos la posibilidad de retroceder nos parece una injuria, una temeridad y nos produce un desasosiego terrible. Por eso le llamamos crisis a lo que a todas luces es una recesión o desaceleración a lo que es un frenazo con visos de marcha atrás. No perdemos la esperanza, aunque sea infundada, de que aquellos tiempos volverán, sin sospechar que ya forman parte del pasado. Es una huída constante hacia delante.

Es lo que le pasa a la bicicleta en medio del mundo motorizado. Nadie en su sano juicio y con un poco de poder quiere realmente dar oportunidades a algo que ya tuvo su época, porque sería como reconocer públicamente su estupidez. Otra cosa es hacer algunas escenificaciones bonitas para adornarse y para tranquilizar a esa impertinente pandilla de jipis que andan queriendo parecer cangrejos en un mundo con una lógica aplastante: la del poder del automóvil.


Lo que no nos damos cuenta es que muchas veces nos estamos conformando con las migajas (unos carrilitos bici, unas bicicletitas públicas, alguna campañita y a correr que ya os basta). Porque nos falta perspectiva. Y nos falta porque somos incapaces de parar, incluso de dar un paso atrás, para apartarnos de la corriente y ver lo que pasa. Es tan triste como real. Vivimos atrapados en nuestros vagones, creyéndonos que decidimos en nuestras vidas, pero mediatizados por un futuro que nos han vendido y hemos tragado en algún momento (trabajo, hipoteca, responsabilidades, posición social, movilidad…).

Hoy toca parar y dar un paso atrás para coger impulso y avanzar dos, pero en la dirección correcta. Si no vamos a ahogarnos tratando de nadar a contracorriente mientras guardamos a la vez la ropa.

¿De qué hablo? De cultura, de educación, de fomento de la proximidad, de ralentización de todo, de reconfiguración de los espacios urbanos, de penalización del uso del coche, de recuperación de la calle, de promoción de la convivencia, de participación real, de humanización del trabajo, de relocalización de las actividades, de proteccionismo, de impulso de la iniciativa local, de potenciación del autoempleo y de las microempresas, de subvención a la innovación aunque no sea tecnológica, sobre todo si viene promovida por jóvenes… y muchas cosas más. En fin, casi nada.

Vale, vale, ahora me tomo la pastilla, veo un poco la tele y a ver si se me pasa el calentón.

1 comentario:

  1. Nuevas prioridades, nuevos valores, gente nueva, ideas nuevas y... la vieja bicicleta. :)

    Enhorabuena por el blog.

    http://www.facebook.com/pages/Actibici-Valencia/248726185146863

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