sábado, 30 de abril de 2011

El mundo al revés

Es ya largo el itinerario que llevamos recorrido tratando de establecer las claves y las pautas para hacer que la circulación en bicicleta goce de oportunidades reales en un mundo demasiado orientado al automóvil y sus requerimientos.

A lo largo de todo este tiempo, la obsesión no ha sido otra que tratar de trasladar la idea de que promocionar la bicicleta no puede ser una tarea ni difícil ni aislada. Que tiene que ser una labor integrada en una estrategia más amplia, que busque devolver espacios habitables a las personas y enfocar el objetivo en la necesidad de reducir el uso irracional del coche y la necesidad de tener que moverse para todo… aunque sea en bici.

Sé que no es plato de gusto de nadie que le digan que lo que ha estado defendiendo los últimos años, lustros o décadas no tiene sentido, pero creo sinceramente que vale la pena si lo que se intenta hacer con ello es empezar a construir un futuro más digno, más asequible, más respetuoso, más humano y más atractivo, porque la realidad que tenemos no es alentadora.


Rectificamos: por la acera no

Ayer tuve el placer de leer, recomendado por Peatones de Sevilla, un artículo de la Asociación Cíclope, que bajo el título de "Rectificamos: por la acera no", abordaba los problemas centrales de lo que ha venido ocurriendo en los últimos años de promoción desorbitada de la bicicleta en la ciudad: la normalización de la circulación de bicicletas en las aceras.

En ese artículo, hablan de su desorientación y de su reencuentro en lo que es el objeto de su entidad, la promoción y defensa de los derechos de aquellas personas que decidan utilizar la bicicleta como medio de locomoción en su ámbito de actuación. Resulta especialmente sorprendente, por gratificante, y más en esta sociedad civil sorda, obsoleta y enquistada, observar cómo alguien es capaz de darse cuenta que había estado en un error y es capaz de reconocer su equivocación.

Ahora bien, lo más interesante de la reflexión de la Asociación Cíclope es el análisis que hace sobre dos aspectos centrales del asunto de la ciclabilidad en nuestro país.
El efecto despeatonalizador y de expulsión de las bicis de la calzada, en el que se previene de las consecuencias de la normalización de la circulación de las bicicletas en las aceras en una sociedad con gran presencia peatonal.

La bicicleta no puede ser nunca un fin en sí misma, en el que se aborda la necesidad de abandonar una visión aislada de la promoción de la bicicleta.

Cada vez son más las voces representativas que proponen una visión más natural, más holística y más integral de la bicicleta dentro de una lógica de proximidad, accesibilidad y gestión del espacio público para las personas, lejos de planteamientos integristas, segregacionistas y excesivamente parciales o interesados.

¿Peatones reclamando el derecho de los ciclistas en la calzada?

El mejor ejemplo de estas voces son las asociaciones de peatones, que, como fruto de la invasión impune de sus espacios, han querido devolver un poco de sensatez en medio de este entuerto histórico y han sido las que han recordado y reclamado la necesidad de que se reconozca el derecho de la bicicleta de circular en la calzada y se mejoren las condiciones de circulabilidad de nuestras calles para acabar con el agravio que están sufriendo los peatones y la degradación de muchos espacios de naturaleza relacional.

Como nos despistemos, acabaremos viendo a los peatones circular sin miedo por la calzada reclamando su espacio en la calle, mientras los ciclistas, convertidos en cicleatones se afanan en transitar, aterrados, por las aceras una vez conquistadas éstas.


No creo que esto sea nada más que algo embrionario, algo que los grandes intereses creados alrededor de la bicicleta en los últimos años se van a encargar de desacreditar en su ofuscación por imponer su sistema carril bici + bicis públicas + fiestas de la bici + propaganda, como única fórmula que garantiza el éxito de la promoción de la bicicleta, pero, en cualquier caso, no deja de ser una señal de cambio en un mundo negacionista, oportunista, partidista y democráticamente deficitario.

Seguiremos en la brecha.

viernes, 29 de abril de 2011

Un día como hoy... hace 20 años

Hoy toca efemérides. Yo, que soy de memoria frágil y selectiva no puedo tener en cuenta las fechas. Por eso me resulta tan sorprendente que la gente que me rodea se acuerde de las cosas con precisión, con todo lujo de detalles.

- ¿Sabes qué hacías tú un día como hoy hace 20 años?

El que me lo ha preguntado hoy, a media mañana, es un viejo compañero de aventuras.

- No sé ¿estaríamos metidos en algún marrón?
- ¡Exacto! El 27 de Abril de 1.991 estábamos en la Estancia Laguna Amarga a pocos kilómetros del Paine.


No he podido dar crédito. ¿20 años? ¡No puede ser! He esperado a llegar a casa y he corrido a revisar el cuaderno de bitácora de aquel periplo, el primer gran viaje en bicicleta en el que nos embarcamos.

Efectivamente. Recojo el artículo de aquel día, que se me antoja especialmente lejano visto en perspectiva.

La vida en una estancia... fuera de temporada

(aunque no sé si mi corta experiencia me da permiso y categoría para tratar un tema de semejante envergadura)

Esta última semana nos ha tocado visitar varias estancias. Algunas las hemos buscado, otras simplemente han salido a nuestro paso. En unas nos han invitado sin siquiera pedirlo, en otras casi hemos tenido que suplicar que nos atiendan. En unas el trato ha sido familiar, en otras, para cuando nos han dirigido la palabra, la sensación de intrusión se había hecho demasiado evidente.


En estos meses de otoño, prácticamente no hay trabajo. Juntar algun rebañito, marcar el ganado, esquilar la cara al ovino, carnear para consumo, cargar cuero para vender, separar ganado para vender lo mismo, pero poca cosa. Alambrar, también.

No hay demasiado personal en las estancias, varios de los barracones o casetas en las más grandes están vacías. Hay los trabajadores mínimos para mantener la estancia. Así que los "viejos" se dedican a hacer estas labores y a esperar a la llamada del cocinero:
  • 1ª llamada: Desayuno.- A las 8 en Argentina, 7 u 8 en Chile. Se desayuna té o café con pan o pan frito, dependiendo de las existencias.
  • 2ª llamada: Almuerzo.- Se almuerza temprano, 12 ó 12:30. La comida suele ser invariablemente: sopa de carne con pasta, asado con papas, fideos, ensalada, arroz, lentejas, porotos, té, pan... Se puede repetir de todo y muchas veces, hay que hacerlo por insistencia de los comensales. Por supuesto, siendo un viajero en bicicleta, viene bien darse buenos atracones en previsión de tiempos peores. Tanto la sopa como el asado se pueden condimentar con ají chileno, como con peoré, que le dan un sabor muy particular a la comida. Condimentos muy populares por acá son la pimienta y el orégano, que se emplean en cantidades industriales. Igualmente, algunos cocineros usan laurel.
  • 3ª llamada (no siempre): Té.- A media tarde hay otro receso a la hora del té. Un tecito o cafecito con pan... y de nuevo al "laburo".
  • 4ª llamada: Cena.- A eso de las 8 de la noche. De mismas características que la comida. Se cena abundante.
  • El mate, se puede tomar a cualquier hora: nada más despertarse, antes de comer, después de comer, antes de cenar, después de cenar... Es típicamente argentino, aunque en Chile se toma lo mismo y la misma yerba argentina sale más barata al otro lado de la frontera. Paradojas de la economía argentina.
  • Aparte: Churrasqueo.- A veces con el desayuno, otras a media mañana. Carne asada. Ya se sabe, la carne, en las estancias, a cualquier hora.

Conversación, bromas y radio: tres ingredientes de la vida cotidiana de los gauchos, que, a pesar de la dureza de su trabajo, hacen gala de un envidiable sentido del humor y no son tan malhablados como uno pudiera imaginarse (no se por qué). Dura vida la del gaucho y mal pagada. Cobran realmente una miseria para lo duro que es el trabajo, aunque tienen la manutención pagada y su condición de internado les impide hacer gastos fuera de los pocos fines de semana que se acercan a la ciudad. Son gente sencilla, muchos de ellos chilenos en Argentina, por el argentino es vago por naturaleza. No se quejan demasiado, aunque siempre están dispuestos a cambiar de patrón si el sueldo es mejor.

Fotos: Vincenzo Mazza

martes, 26 de abril de 2011

El director va a trabajar en bici

Hoy me he encontrado este reportaje a doble página en el periódico de más tirada de mi región, el Diario de Navarra. Bajo ese título trata de presentar una visión positiva de la bicicleta en la ciudad, más allá de las disputas sobre el carril bici y el miedo al tráfico. Creo que es un ejemplo que pretende ir incluso más allá de los meros testimonios para dar una imagen de la bicicleta práctica, funcional, moderna y utilitaria. Lo transcribo íntegramente porque creo que merece la pena leerse y porque es más agradable hacerlo con la maquetación del blog que en la versión plana del periódico.

El director va a trabajar en bici

Todos los días desde Mendebaldea hasta el Paseo de Sarasate. Y con corbata. José Antonio Marcén es director de Ordenación del Territorio y Urbanismo del Gobierno de Navarra. Tiene 49 años y sólo hace cinco que comenzó a utilizar este vehículo, al que ya no renuncia.

José Antonio Marcén (foto Eduardo Buxens)
"Antes iba en villavesa (bus urbano), la número 4, que en las horas punta era estresante e incómoda. Y, si se te pasaba, había que esperar. Con la bicicleta el tiempo es similar o inferior, unos quince minutos. Llego al trabajo activo pero sin estrés. Y el trayecto de vuelta es relajante. Cada vez más personas la utilizan, ves gente de todas las edades y condiciones. Es la imagen de una ciudad civilizada. Y, además, es saludable, te ayuda a mantenerte en forma", explica.

Por el cargo que ocupa, Marcén necesita "cierta compostura" en el vestir. En verano guarda un par de corbatas y una chaqueta de punto en el despacho "y así hago el trayecto más ligero". No obstante, el resto del año pedalea con su americana y una gabardina puestas. "Hay quien piensa que se acaba sofocado o sudoroso. Pero no es así. Al revés, creo que en los trayectos cortos, de unos veinte minutos, es más fatigoso ir andando. Yo llego en perfectas condiciones de revista".

En ocasiones, cuando se aproxima al trabajo, se tropieza con los coches oficiales de lunas oscuras. "Sabes que dentro van consejeros. A veces me da apuro pensar si les parecerá apropiado que me desplace en bicicleta. Pero nunca me han transmitido un comentario crítico. Más bien lo contrario".

Con tacones y faldas

Teresa Nagore Ferrer tiene 43 años, vive en Pamplona y es secretaria general de la Cámara de Comercio. Quería estar más tiempo con sus hijos al mediodía. Hace tres años probó con la bici y ya no se ha apeado de ella.

Teresa Nagore (foto Eduardo Buxens)

Tampoco lo ha hecho su compañera Begoña Mina Orue, de 44 años. Las dos coinciden en las ventajas: "No sufrimos atascos, ni nos angustiamos buscando un sitio donde aparcar. No se pasa más frío en invierno ni más calor en verano, ya que con el viento vas más fresca. Y se puede ir con lo que se quiera: tacones, faldas, vestidos o pantalones".

En los últimos diez años el número de personas que utilizan este vehículo para desplazarse por la ciudad se ha incrementado. Y mucho. Lo dice Eneko Astigarraga, miembro de Ciudadanos Ciclistas de la Comarca de Pamplona. "Se han incorporado muchas mujeres, personas de entre 30 y 50 años. Se ha visto que esto no es algo exclusivo de estudiantes o hippis".

Astigarraga considera que es una actividad segura, aunque "muchos carriles bici se han realizado sin dejarse aconsejar por usuarios y expertos". Y va a a serlo aún más: la Dirección General de Tráfico parece decidida a dar prioridad a los ciclistas en su nueva normativa. Un ejemplo: ahora deben circular en el extremo del carril derecho, lo que facilita que impacten contra la puerta de un vehículo estacionado que repentinamente se abre. En breve podrán hacerlo por el centro. "Es positivo porque, al ocupar más espacio, los vehículos deben tenerte en cuenta si te adelantan, lo que evita accidentes".

Eneko Astigarraga (foto Oskar Montero)
Los automovilistas respetan cada vez más a los ciclistas, según Astigarraga. "En su inmensa mayoría conducen de manera suave y respetuosa con nosotros. Sin pasarte rozando ni pegándote bocinazos. Pero todavía hay algunos que creen que si hay un carril bici no podemos circular por la carretera. Y no es cierto. Si lo hacemos es porque así nos sentimos más seguros".

Astigarraga es el encargado de Oraintxe, una empresa de reparto de mensajería en bicicleta, y sostiene que el tamaño de Pamplona la convierte en un lugar idóneo para desplazarse en este vehículo. "Cualquier distancia es abarcable, incluso desde la comarca. Y aunque hay cuestas, si se suben tranquilamente, no suponen ninguna barrera". Quien se decide a usarla acaba haciéndolo a pesar del calor, el frío o algo de lluvia: "Hay ciudades europeas con peores condiciones meteorológicas y está implantada desde hace mucho tiempo". Los usuarios insisten en sus ventajas: es bueno para la salud, produce sensación de bienestar y permite calcular los tiempos de llegada con exactitud. "La ciudad debería reconocer a quien se desplaza a pie o en bici, ya que está haciendo un lugar menos contaminado y más habitable".

Ni obesidad ni infartos

La bicicleta es salud. José Antonio Marcén, director de Ordenación del Territorio y Urbanismo, dice que el único ejercicio que practica son los dos viajes -a veces cuatro- de veinte minutos que realiza diariamente al trabajo. Esteban Gorostiaga, especialista en medicina del deporte, dice que, si esto se hace de forma regular, los beneficios son múltiples. El corazón funciona mejor y hay menos riesgo de sufrir un infarto o de tener la tensión arterial alta. La persona se aleja de la obesidad y de la diabetes. Tiene un efecto preventivo con algunos cánceres, como el de colon o pecho. Y se está más protegido frente al estrés o la depresión. Si ya se padece alguno de estos males, seguir empleando la bici ayuda a que no se agrave la enfermedad o se produzca un nuevo infarto.

Esteban Gorostiaga (foto Unai Beroiz)
Al pedalear también se reduce el colesterol malo. Y es importante, ya que éste va taponando las venas y arterias por las que circula la sangre y, si las ocluye en el corazón, la persona se infarta.

Además es un ejercicio menos agresivo para las rodillas que hacer footing, pues el 70% del peso del cuerpo se apoya sobre el sillín y no sobre el suelo, de manera que éstas no se sobrecargan. "Y la recuperación es más rápida: al no golpear contra el asfalto hay menos microlesiones o inflamaciones que andando o corriendo".

Las ventajas del ciclismo urbano continúan. Un estudio realizado en Navarra que tuvo trascendencia internacional demostró que quien utiliza la bicicleta mejora la potencia en sus piernas más que caminando o haciendo footing. El pedaleo también hace que la zona lumbar se fortalezca: reduce los dolores en las vértebras y previene la aparición de hernias discales.

También es una herramienta contra la obesidad: se gastan calorías y se queman grasas. Gorostiaga recomienda un ritmo cómodo -"hacer el mismo esfuerzo que cuando se anda por la calle"- y utilizar la bici el mayor tiempo posible, el máximo de días por semana. "Para no ganar peso hay que caminar o pedalear durante al menos una hora y alternar el ciclismo con los paseos o el ir a correr. Si sólo se practica el primero, el riesgo de osteoporosis -debilitamiento de los huesos- es mayor".

Mejor una bici urbana

Cada vez más personas, y de todas las edades, deciden probar este vehículo. ¿Cuál comprar? "La gente ha pensado que las de carretera o las de monte servían para la ciudad -dice Eneko Astigarraga-. Y aunque es cierto que puedes desplazarte con ellas, lo recomendable es hacerse con una buena bici urbana. El mantenimiento posterior es sencillo: basta con engrasarla y revisar ruedas, frenos y cambios".

Las ruedas deben ser robustas, pensadas para el pavimento. Así se evitan los pinchazos. Hay que colocar guardabarros -placas que evitan que la rueda salpique agua a la ropa- y parrilla, cesta o alforjas para transportar elementos. Resultan de suma importancia las luces de seguridad, delante y detrás: advierten a los conductores de la presencia del ciclista. Y en ciertas zonas o por la noche, un chaleco reflectante. Cuánto más visible, más seguro.

Para transportar cuanto necesita Begoña Mina optó por las alforjas. Las describe como "un bolso de mujer elevado a la enésima potencia: llevo guantes, una capa y un gorro para el agua, un trapo... y la bolsa de la compra, que la hago de camino a casa cuando salgo de trabajar". También le sirven para guardar los periódicos que todas las mañanas compra en el trayecto a la Cámara de Comercio.


Begoña Mina (foto Eduardo Buxens)

Los expertos recomiendan para la ciudad la bicicleta urbana. Las plegables también son una buena opción, ya que se pueden guardar en casa o combinar traslados, lo que es cada vez más frecuente: se llega a un aparcamiento en coche, se saca del maletero y se acude al trabajo pedaleando. Es igualmente posible en las villavesas donde las plegables -y sólo este modelo- están también permitidas. Además, existen las eléctricas: se enchufan para recargar una pequeña batería que ayuda a dar la pedalada en determinados momentos.

Los precios de todos estos tipos son muy variables, aunque en opinión de Astigarraga "se puede tener una buena bici a partir de 300 euros, ya que por debajo de este precio es difícil que cumpla todos los requisitos. Entre 300 y 800 euros es una cantidad de referencia". En Pamplona se ven algunas que cuestan más de 4.000 euros. "Pero tenemos el problema de los robos. No hay suficiente seguridad en los aparcamientos de la ciudad". En cualquier caso, y aunque la recuperación es dificultosa, se recomienda tener apuntado el número de serie, conservar la factura, realizarle una fotografía e, incluso, asegurarla.

Infografía de Diario de Navarra

El médico Esteban Gorostiaga explica que al comprar una bicicleta hay que tener en cuenta diversos aspectos para más tarde no sufrir molestias: altura de la barra, del sillín, la alineación... Por ello recomienda adquirirla en un "establecimiento donde nos puedan asesorar". Los errores más frecuentes entre quienes empiezan suelen ser tener el sillín demasiado bajo y apoyar los talones en los pedales en lugar de la parte delantera del pie. Es preferible utilizar una marcha que permita pedalear 80 veces por minuto, aunque la tendencia del debutante es hacerlo tan solo 60.

La bicicleta es un medio en auge en Navarra. Y su uso se seguirá incrementando. Quienes la utilizan cuidan su salud y hacen una ciudad más habitable. Automovilistas, ciclistas y peatones conviven de forma calmada. Casi siempre. Personas que jamás se imaginaron subidos en una se mueven diariamente a golpe de pedal. El vehículo que ayer utilizaba el activista antinuclear hoy lo emplea el director para ir a trabajar.

lunes, 25 de abril de 2011

Hoy he visto un corzo mientras andaba en bici

No es la primera vez. De hecho es algo relativamente habitual en el territorio donde he estado pasando estos días desconectando. Corzos, zorros, ardillas, jabalíes, tejones y otros animales menores. El contacto visual con el corzo (era corza) ha durado apenas 6 segundos, hasta que ha decidido que era suficiente y ha cruzado alegremente la carretera.



Esto, que en sí mismo no es ninguna noticia, ni siquiera para mi, hoy ha cobrado un sentido especial. O así al menos he querido interpretarlo. Quizá obnubilado por un estado de exaltación provocado por la combinación del bombeo acelerado de la sangre, la falta de ventilación propia del esfuerzo físico, la mezcla de adrenalina y endorfinas, el sol y el aire fresco mezclado con unas chispas que se le escapaban a un cielo brillante, el olor de los pinos y los bojes, una carretera secundaria... me he emocionado.

Hace tiempo que no me pasaba y creo que ha sido esa la causa principal de mi emoción. Toda esa colección de sensaciones conocidas, agradables e intensas me han impresionado. Creo que ha sido una especie de reconciliación con los elementos, una confabulación con la naturaleza. O quizá no. Yo quiero creer que sí.

Y me he vuelto a sentir bien, una especie de plenitud me ha envuelto, un pequeño escalofrío me ha recorrido, y me he vuelto a dar cuenta, como lo llevo haciendo más de 30 años, que soy un auténtico privilegiado y eso me ha reconfortado. Y he vuelto a darle gracias a mi padre por inculcarme esta afición, esta elección, este lujo.

miércoles, 20 de abril de 2011

Bicicálidos

La gente de Aguascalientes (Mexico) Aguas con la Bici, también conocidos como Bicicálidos, ha realizado este corto de la mano de la productora infantil Tiritas, con los principales argumentos de la bicicleta en la ciudad. Simple, tranquilo, amable. Un regalo para los más pequeños... y para lo no tan pequeños.

martes, 19 de abril de 2011

Ser o no ser... ciclista ¡ese es el dilema!

¿Lo es?

Existe una obsesión actualmente por tratar de establecer una diferencia suficiente y marcar una frontera entre lo que representa ser "ciclista" o lo que simplemente supone "montar en una bicicleta para desplazarse". Con ello se trata de discriminar al que utiliza la bici como deporte frente al que lo hace como simple vehículo de locomoción. Mucha gente trata de defender tendenciosamente que aquellos que se visten deportivamente no pueden ser comparados ni mezclados con los que no necesitan vestirse de ninguna manera especial para andar en bicicleta.

Esto, que a priori puede ser comprensible, encierra una peligrosa carga de profundidad: dividir a los que conducen la bici en cualquier vía pública por la absurda razón de valorar cuál es la finalidad de su desplazamiento.

¿Qué pasaría si hiciéramos lo mismo con los automovilistas o con los motoristas? 

¿A alguien le parecería normal que se diferenciara a los automovilistas de las personas que conducen automóviles o a los motoristas de las personas que conducen motos? Por supuesto que no. Pero en esto de la bicicleta todo ha de ser distinto, especial y extraordinariamente complicado para ser aceptado.

Lycra vs Tweed

San Francisco Tweed Ride
En este asunto las nuevas tendencias han apostado por denostar el uso de la licra como algo indeseable para el fomento de una bicicleta moderna, actual y atractiva.

Dejarme que dude de la buena intención de esta propuesta que los gurús del "cycle-chic" o del "trendy cycling" defienden a capa y espada. No hay más que ver a gente como Copenhagenize o Amsterdamnize por no mencionar el movimiento Tweed (ese tejido tan británicamente retro) entre otros, haciendo propuestas donde la licra está prohibida y ridiculizando al ciclista deportivo.

Está claro que es útil mostrar una imagen normalizada de la bicicleta que responda a las modas y que recoja las tendencias, pero está más claro aún que dividir a las personas que se desplazan en bicicleta según sus usos es, más que ridículo, contraproducente cuando la masa crítica en nuestras ciudades es más que insuficiente, ya que debilita la fuerza de la bicicleta, que, para defender sus derechos y mejorarlos, debe ser unívoca.

Ya habrá tiempo, si es que en algún momento se alcanzan niveles de uso de la bici superiores al 25% de todos los desplazamientos, para segregar a unos ciclistas de otros, hacer carriles de lentos, de aceleración y todo eso. Hasta entonces, todo esto no sólo está fuera de lugar, sino que fomenta el fratricidio... e interesa a todos menos a los ciclistas.

Ciclista cuando utilices una bici

Igual que peatón cuando vayas andando o automovilista cuando conduzcas un automóvil. Con orgullo, con dignidad, con conciencia, con respeto y con humildad.

Es fácil, dílo conmigo: "Yo soy ciclista, tú eres ciclista, ella es ciclista, él también..." No es más que una circunstancia, no nos etiqueta, no nos encasilla, simplemente nos reconoce unos derechos y unas obligaciones como responsables de la conducción de un vehículo, concreto, con una serie de particularidades y condiciones.

Nada más... y nada menos.

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¿El día mundial de la bicicleta?

Ya no sabemos qué hacer para mantener a la gente entretenida. Hoy, señoras y señores, se celebra el Día Mundial de la Bicicleta. No se sabe bien quién lo convoca, como tampoco se sabe por qué hay días mundiales de todo y para todo. Pero ¿qué más da? Nos gusta ser universales, conmemorativos y apoteósicos. Así que a celebrar.


Ahora bien ¿qué vamos a celebrar? 

¿Que la bici es buena? ¿Que somos más felices cuando nos montamos en una de ellas? ¿Que nos gusta festejar por festejar y juntarnos para sentirnos juntos? Pues entonces enhorabuena.

Si nuestra inquietud va un poco más allá, entonces esto se va a quedar en otro fasto con poca trascendencia. Ya estamos acostumbrados. La fórmula del "Día de..." ha sido tan explotada que ya ha perdido el sentido, a menos que se regale una camiseta, un chaleco o una banda reflectante o cualquier cosa que salga gratis. Nadie espera nada más de ello.

Yo particularmente no lo voy a celebrar más que cualquier otro día. Tampoco celebraré el Día Mundial Sin Coches o el Día Mundial del Medio Ambiente. No. Yo procuro celebrarlos todos los días, con mis iniciativas, con mi actitud, con mi gente.

lunes, 18 de abril de 2011

Perdone, ¿este carril bici a dónde me lleva?

Tiempo al tiempo. Si hacemos que andar en bicicleta se canalice sólo a través de carriles bici acabaremos pensando en la bicicleta como en cualquier sistema de transporte público. Con las mismas limitaciones, con los mismos condicionantes.

¿Y dónde puedo hacer un transbordo?

Con una política temerosa y terriblemente amanerada de promocionar la bicicleta sólo a través de reordenar la circulación y de confinar a los que quieren utilizarla a circuitos improbables, deficientes, lentos y peligrosos, queremos convertir a la bicicleta en un tranvía que sólo nos permita ir a los lugares donde haya vías habilitadas, perdiendo así dos de las principales características que le dan a la bicicleta una ventaja como vehículo en la ciudad: la libertad, la rapidez y el viaje puerta a puerta. Lento pero seguro. O al menos eso es lo que se ha vendido.

Así de fácil. Así de difícil. Un plano con unas líneas dibujadas y ¡a navegar! Sin riesgos, sin incertidumbres... sin libertad.Y si no llegan a donde yo quería ir, pues a esperar a que lo hagan.

¿Y que tal si no para en las estaciones?

Ahora bien, si en lo que viajamos es en bicicleta pública por carril bici, lo que podemos conseguir es un tranvía que no pare en la parada bien porque vaya completo o bien porque esté vacío. ¿Inaudito? La realidad siempre superará cualquier listón que le marque la imaginación.

domingo, 17 de abril de 2011

El pensamiento único... no deja ver la realidad

En las últimas semanas me he vuelto más local, más provinciano, más pueblerino. Creo que ha sido el buen tiempo el que me ha hecho salir más de la cuenta a la calle, mirar más aquí que allá, reconocer el entorno inmediato. Esto me ha enseñado, una vez más, dónde estoy y me ha hecho sentirme reconfortado. Ahora bien estar conforme no significa ser conformista y esto, en mi pueblo, no acaban de diferenciarlo.

Luchas fratricidas: la "guerra bicivil" está en la prensa

Hace unas semanas la asociación pro-bici seguidista de mi localidad llamada, Asociación Medios de Transporte Saludables, publicaba un artículo en contestación a las críticas vertidas por algunos (sobre todo Ecologistas en Acción - Ekologistak Martxan) hacia los carriles bici locales, a raíz del accidente mortal de una señora en uno de ellos, que se titulaba: "Carril bici: criminalizar o progresar". Por supuesto, se trataba de un elogio posibilista de la imperiosa necesidad que tienen todos los pobres ciclistas de contar con un carril bici que pase cerca de su casa para atreverse a coger la bicicleta para desplazarse.


Hoy es Ecologistas en Acción de la Ribera (de Navarra) el que firma un artículo titulado: "El carril bici es imparable" (una pena que el periódico en el que se ha publicado no comparta los artículos de opinión en la red). En él y aunque parezca mentira se dedica a decir exactamente lo contrario a lo que defendían sus compañeros de Pamplona-Iruña cuando hablaban de que era más seguro circular por la calzada que utilizar estos carriles bici que habían habilitado en la capital del Reyno. Claro que esta vez se refieren a los carriles bici de Tudela, capital de la Ribera Navarra, y de la presunta paralización de las obras de algunos de ellos.

No sorprendería que una misma asociación o grupo ecologista en una misma provincia esté defendiendo dos supuestos en principio opuestos, si no fuera porque la inmensa mayoría de los carriles bici que han habilitado en Tudela, además de innecesarios, también sean absolutamente deficientes. Sorprende mucho más que los mismos que tan sólo hace un año calificaban las actuaciones municipales de implementación de carriles bici como "chapuzas" y como "ejemplo de lo que no deben ser", ahora se pongan a defender que se debería seguir haciendo esto de manera "imparable".

No quiero ahondar en la miopía y el oportunismo que aqueja la única representación asociativa con que cuentan las personas que utilizan la bicicleta en esta provincia, lo que me parece digno de mención es cómo el pensamiento único se va apoderando de los discursos de la inmensa mayoría de los que pretenden hablar en defensa de la bicicleta en la ciudad. Lo denunciaba el otro día en "La insoportable levedad del ser... ciclista".

+ Carril bici = + Bicicleta

Ya lo comentaba en ¿Promocionar el carril bici es promocionar la bici? Parece impensable e imposible tratar de promover el uso de la bici en la ciudad si no es a través de la implementación de carriles bici metidos con calzador donde sea y como sea (a ser posible lejos de la calzada). En ciudades medianas y pequeñas, como son las que nos ocupan y la mayoría en este país, el carril bici debe ser una excepción y nunca la norma, debe representar una escapatoria puntual y no una red, porque la red, la verdadera red, debe ser la red viaria, que en estas ciudades presenta unas condiciones óptimas que la hace ciclable (o circulable en bicicleta) prácticamente en su totalidad.

El carril bici no es imparable, tampoco es símbolo de progreso, es simplemente una herramienta más para resolver algunas condiciones excepcionales y puntuales de peligrosidad en nuestras ciudades. Lo que es realmente imparable es la bicicleta, incluso a pesar de esos nefastos carriles bici con los que se han dotado muchas, la mayoría de nuestras ciudades.

Bicicleta, salud, libertad y buen humor

Un ejemplo diferente lo tenemos en la provincia de al lado, por no dejar el provincianismo. La Asociación Huesca en Bici ha publicado con ayuda del Ayuntamiento de esa localidad una Guía de Convivencia de Bicicletas y Automóviles, que más que eso es una apología de la bicicleta como medio de transporte urbano por excelencia y como vehículo simpático y empático en la vía pública, tanto con automóviles como con peatones.

Su eslogan es definitivo: "Bicicleta, salud, libertad y buen humor". Yo le añadiría: "rapidez y economía".

viernes, 15 de abril de 2011

Equípate para un viaje en bici

Ayer dedicaba el artículo al arte de viajar en bicicleta. Algo muy personal y muy personalizable. Hoy la atención va dirigida más a los elementos imprescindibles que es necesario tener en cuenta cuando ya estamos convencidos de que vamos a salir con nuestra bicicleta a descubrir el mundo.


La bicicleta

Bicicleta Oraintxe World 2011
Es esencial que tu vehículo te transmita confianza. No vale de nada llevar una "superbicicleta" si antes no las has andado y no la has adaptado a tu estilo. Comodidad y seguridad no deberían estar reñidas con calidad. Sin embargo, hay muchas veces que creemos que por llevar una determinada marca o un determinado nivel de componentes la bicicleta va a ser más adecuada y sobre esto hay mucha mitología. Lo realmente importante es que la bicicleta, cumpliendo unos mínimos exigibles, se adapte a nuestras necesidades y nos sintamos a gusto montándola.

Los puntos básicos a los que deberemos prestarle atención son:

El equipaje

Es difícil recomendar qué llevar cuando vas de viaje porque hay muchos factores que pueden resultar determinantes. Sobre todo la duración, la climatología, la mayor o menor dificultad de encontrar determinados suministros y repuestos en el destino y el estilo de pernoctación.

Es importante escatimar cualquier cosa que no sea de primera necesidad y minimizar sobre todo la ropa. Recuerda que en todos los lugares habitados hay cosas básicas y te podrás proveer de ellas, sin necesidad de andar acarreándolas todo el camino. No hay nada más frustrante que llegar al final del viaje y descubrir que hay cosas, más de las que te imaginas, que no las has utilizado para nada.

Así pues, a modo de recordatorio es conveniente tener una lista de chequeo en la que se recojan al menos los siguientes materiales:
  • Ropa y calzado de andar en bicicleta
  • Ropa y calzado de relax
  • Ropa de abrigo e impermeable
  • Repuestos básicos: cámaras, kit reparación de pinchazos, radios y tornillería
  • Pulpos o redes elásticas
  • Herramienta: desmontadores, una multiherramienta y una llave de radios
  • Neceser
  • Botiquín
  • Entretenimiento: fotografía, música, lectura
  • Mapas
  • Cartera: documentación, medios de pago
Hay más cosas, muchas más dependiendo de tu viaje, pero esto es lo que no te puede faltar nunca.

jueves, 14 de abril de 2011

Viajar en bici

Hace más de 30 años, hice mi primer viaje por etapas en bicicleta. No tenía 14 años y mis padres tuvieron la alocada y brillante idea de llevarnos a hacer el Camino de Santiago en bicicleta. Entonces, cuando nadie lo hacía. Tampoco los peregrinos a pie. Fue un gran descubrimiento: la traslación... en bicicleta. Creo que es uno de los mejores descubrimientos de mi vida.



Darme cuenta de que con una simple bicicleta podía recorrer todo un mapa sin perderme un detalle de la ruta, parando cuando quisiera, relacionándome, sintiendo el paisaje, el aire, el calor y el frío, los aromas y los simples olores. Fue emocionante. Desde entonces he procurado viajar en bicicleta todos los años al menos una vez. Solo o acompañado. No puedo mantener mi débil cordura sin ello.

Como cualquiera que se lo haya propuesto, yo también he cometido mis torpezas y mis equivocaciones, me he obsesionado con algunas tonterías y he olvidado aspectos esenciales. Sólo haciéndolo he podido darme cuenta de cuáles son los principios básicos que me han ayudado a disfrutar cada vez más de mis salidas.

Ha llegado el buen tiempo, se aproximan las vacaciones, y si no, se fuerzan. Es tiempo de recordarlos.

Mis 10 mandamientos del buen cicloturista

  • Prueba a andar algo en bici antes de lanzarte con ella a descubrir mundo.
  • Elige el destino. Muchas veces los preparativos son tan emocionantes como el propio viaje.
  • Hazte con unos buenos mapas, te pueden ayudar a aclarar tus incertidumbres proponiéndote alternativas.
  • Pon tu bicicleta a punto. Es tu vehículo.
  • Aprende a reparar las averías básicas. Ganarás en seguridad y autonomía.
  • Minimiza el equipaje. El peso es el peor enemigo del ciclista y es el que más puede endurecer el recorrido. Siempre sobran cosas. Siempre.
  • Mejor las carreteras poco transitadas y las pistas buenas. La tranquilidad no tiene precio cuando se circula en bici.
  • Déjate aconsejar por los lugareños, son los que mejor conocen su territorio. Ahora bien, ten en cuenta también que ellos, en la mayoría de los casos, no se desplazan en bici. En cualquier caso, utilízalo para relacionarte. Es precioso.
  • Improvisa. A veces lo más interesante es algo que no habías planificado. Los descubrimientos no se pueden prever, surgen. Déjate llevar por una intuición, por un sentimiento, por una sospecha, por un pálpito. 
  • Mira, no compares. El que va por el mundo comparando se pierde la esencia de lo que ve. Hay que mirar, hay que aprender a mirar... para descubrir.

Y cuando vuelvas… cuéntalo. No hay nada más grato de compartir los recuerdos que has sido capaz de filtrar después de un viaje.

A mi me ha servido y me sirve.

¡No me tires el carro encima!

Imagen de PRFixed gracias a Roon Gomez

No es el cartel que acompañará la campaña de la DGT "Los conductores que menosprecien a ciclistas podrían perder su coche", pero podría serlo.

miércoles, 13 de abril de 2011

La bicicleta como arma arrojadiza

Hoy un titular en la portada de uno de los periódicos locales ha sobresaltado mi desayuno: Cinco detenidos por lanzar bicis a los coches y causar daños el día de la carpa. Descontextualizado es sensacional y sensacionalista. Cualquiera diría que esta ciudad está poblada de bárbaros que festejan sus celebraciones depredadoras con tal embrutecimiento que acaban utilizando cualquier elemento como arma arrojadiza para disfrutar con la excitación que les provoca la destrucción y la intimidación. Sinceramente creo que no es tan exacerbado el sentimiento, pero algo de todo esto hay. Cualquier fiesta masificada de estudiantes puede llegar a dar este tipo de frutos, aunque "el día de la carpa" no sea la exaltación de ese pez, ni los jóvenes lanzaran sus bicicletas a coches en marcha.

El titular es la excusa para plantear un tema que ya empieza a ser aburrido por repetitivo: la bicicleta se ha convertido en un argumento partidista y electoralista. Es una realidad. Basta con leer cualquier lista de noticias utilizando las palabras clave "inauguración bicicleta" o, sobre todo, "carril bici" y analizar el resultado. Resulta preocupante que la bicicleta, un elemento que nunca debería tener color político, sea tan atractiva que seduzca a la clase política como elemento arrojadizo.



Esta claro que, el simple hecho de que se hable de la bicicleta es sintomático de que, al menos, crea expectativas. Pero el problema de fondo, lo verdaderamente preocupante, no es eso. Es que se esgrima la bicicleta sólo en términos electoralistas y desde perspectivas absolutamente desafortunadas por la falta de juicio y de criterio con que se proponen. Carriles bici, bicicletas públicas, registros de bicicletas, ordenanzas de circulación, fiestas de la bici y toda una batería de iniciativas que incorporan la bici como elemento fundamental pero que se hacen porque es fácil y rentable políticamente.

Porque eso vende y es barato

Esa es la lógica política que desgraciadamente con la que nos ha tocado convivir a los de estas primeras generaciones democráticas en nuestro país. Se hace lo que sirve para acceder o perpetuarse en el poder. Y se hace con criterios comerciales. Hoy en día nuestros electos saben más de marketing social, de gabinetes de prensa y de gestión mediática que de eficiencia en la gestión, organización departamental y dirección estratégica. El asunto político es puro escaparate y las bicicletas quedan decorativas, tienen foto... y además son populistas, demagógicas y limpias. No hay duda. Hay que hacer cualquier lanzamiento de bicicletas. Cualquiera. Además es barato, mucho más barato que inaugurar un pantano, una autovía, un tramo del AVE o una escuela, un centro cívico o un centro de salud.

Inauguración carril bici Dos Hermanas (fuente, Absolut Sevilla)

Da igual la necesidad, la utilidad o la calidad técnica del proyecto, el caso es hacer algo que se vea. Así el "todo vale" ha echado raíces profundas en nuestro territorio y ha alcanzado tal grado de potencialidad que ha recibido el empujón de múltiples y multimillonarios programas de ayudas públicas para favorecerlo. La chapuza bici es de tal dimensión que ya nadie se para a revisar si hacía falta, si mejora la situación previa o si cumple unos mínimos requisitos de funcionalidad y seguridad, no, simplemente es mejor porque está, y punto. Y ahí caen justos y pecadores, convencidos de que se está construyendo una nueva realidad.

¡Peligro, estamos de campaña!

¡Carril patín ya!

¡Y además bidireccional! 
(Imagen real tomada en Pamplona)

martes, 12 de abril de 2011

lunes, 11 de abril de 2011

La insoportable levedad del ser... ciclista

Últimamente, cada vez más, hay personas que se atribuyen la autoridad de hablar a los que utilizan la bicicleta con espíritu paternalista y se permiten el lujo de aconsejarles y hasta aleccionarles, intentando protegerles de un peligro que ellos mismos se preocupan en hacérselo presente y alimentar: el tráfico.

Estos mismos defensores, cuando hablan de la bicicleta, hablan de riesgo, de peligrosidad, de probabilidad de accidente, de víctimas, de indefensión, del casco, de cumplir las normas y de evitar el uso compartido de las carreteras, y luego se adornan hablando de la necesidad de las bicicletas en la ciudad, de circular por los carriles bici y, donde estos no existan, por las aceras.

Lo que eluden es hablar de unas ciudades, unas carreteras y unas normas pensadas en los coches y para los coches, de unos carriles bici nefastos y de unos ciclistas y unos peatones ninguneados y acosados. Una realidad, en la que, los que no van en coche, tienen que buscar sus oportunidades y sus escapatorias para mejorar su seguridad.

Todo esto no pasaría de ser más que un juego dialéctico, si no estuviéramos hablando de víctimas reales. Pero cuando un descuido o una actitud temeraria de un automovilista puede resultar fatal para un peatón, para un ciclista o para otro automovilista, hay que saber dónde ponemos el acento y dónde descargamos el peso de la responsabilidad.

Así pues, una cosa es corresponsabilizar a los ciclistas en el cumplimiento de las normas del tráfico y otra muy distinta y realmente grave es culpabilizarlos y amedrentarlos con la figura de un peligro que sólo se puede atribuir a las actitudes irresponsables de algunos automovilistas y a la ordenación actual de la circulación.


Atropello de dos ciclistas en la Ronda de Pamplona el pasado 6 de Abril (Gobierno de Navarra)

Para tratar de ser ecuánimes, además, es necesario tener en cuenta que las infracciones, las negligencias y los descuidos de los que andan en bicicleta, aunque la mayoría de las veces sean difícilmente defendibles, a los únicos a los que les puede costar muy caro es a ellos mismos. Las de los automovilistas no.

Quizá lo realmente insoportable para algunos sea que la levedad de una bicicleta pueda ser comparada con la importancia y la gravedad de un automóvil, sólo porque ambos son vehículos con los mismos derechos de circular por la calzada y sólo porque ambos van conducidos por personas con los mismos derechos civiles.

domingo, 10 de abril de 2011

Espacios públicos, zonas sin coches y de baja velocidad

La gente de la Asociación Cicloturista de Almansa En Bici, sigue dando ejemplo con trabajos que aportan información esencial y generan discursos actuales, modernos, necesarios cuando hablamos de algo más que de simples bicis y pasamos a hablar de ciudades más habitables, de calles completas, llenas de vitalidad, de actividad, de personas. El otro día era el video de Marta, el de Una bici cambia el mundo. Hoy recogen un documento de Streetfilms, referente de la producción de cortos sobre movilidad sostenible, sobre Copenhage y lo traducen. Anteayer publicaban un articulo que titulaban ¡El carril bici no es la solución! Hacen falta asociaciones ciclistas así, que tengan una mirada un poco más panorámica, más integral, más integradora de la bicicleta como parte de la ciudad, de la sociedad, de la cultura.



Enhorabuena.

viernes, 8 de abril de 2011

¿Cómo integramos a todos los ciclistas?

En esta fantástica ensalada de bicicleteros que se ha armado en nuestras ciudades se recoge toda una colección de perfiles que, aunque todos responden a la denominación común de ciclistas, presentan características y objetivos realmente diferenciales y diferenciadores.

Están los ciclistas clásicos, los de carretera, perfectamente pertrechados, todos con casco, con lycra, con posiciones más o menos aerodinámicas, rápidos, deportivos. Con ellos siempre habían convivido los tranquilos ciclistas cotidianos, los que usaban y usan la bici para sus rutinas. Luego llegaron los "mountain bikers" o "beteteros". Esa gente cuyo afán es pisar el mínimo asfalto y circular por pistas, caminos y senderos, pero que surcan las ciudades para acceder a sus recorridos. Finalmente tenemos a los ciclistas recreacionales, los que ocupan su ocio paseando en una bicicleta, solos o acompañados. Mayores y menores.


Toda esta fauna, y algunos más (mensajeros, triatletas, bmx's, fixies y lunáticos, entre otros), son catalogados como conductores de ciclos y recogidos bajo el mismo paraguas. Todos tienen el mismo tratamiento. A todos ellos les afectan por igual los cambios normativos, la obligatoriedad de circular por los carriles bici donde así se regule, la velocidad de circulación, etc. El problema es que, para muchos de ellos, el "carril bici", las aceras y toda la complejísima normativa que aparejan no es una facilidad sino más bien representa una dificultad, que hace sus tránsitos realmente complicados cuando no casi imposibles.

De todos es bien sabido que los ciclistas de carretera nunca han reclamado vías segregadas más allá de buenos "arcenes bici", aunque a ellos también les interesa la limitación de velocidades en trayectos urbanos. También es verdad que los nudos viarios cada vez les ponen las cosas más difíciles para poder acceder a sus deseadas carreteras tranquilas. Rondas, superrotondas, incorporaciones complicadas, scalextrics pensados para velocidades automovilísticas, etc.

Tampoco demandan infraestructuras específicas ni un tratamiento especial los ciclistas de montaña. Para ellos basta con que el monte esté poco circulado por vehículos a motor y razonablemente transitable, aunque estos ya están más acostumbrados a buscarse la vida por vericuetos, pasos inferiores, pasarelas y vaguadas para acceder a los terrenos sin pavimentar.

El resto se apaña con lo que haya, aunque algunas ayudas les son de gran utilidad. Un poco de esto, otro poco de aquello, una vueltita para evitar la boca del lobo y listo. Entre ellos hay dos categorías que merecen la pena tratar: los ciclistas recreacionales y los "commuters" o ciclistas que hacen sus viajes rutinarios en bici. Estos son los que realmente demandan más acondicionamientos viarios, porque necesitan percibir una mayor seguridad en sus trayectos.

Ahora bien, entre los conductores de bicicletas se presentan algunas circunstancias casi irreconciliables. Resulta difícil imaginar a un ciclista deportivo con una rueda de 22 milímetros que circula normalmente a 25-30 kms/hora utilizar una acera bici bidireccional de 1,30 de ancho con curvas de 90º y con bordillos mal rebajados, tanto o más que tratar de pensar que una mujer va a llevar a su hija en bici por una ronda o en una avenida de tráfico denso, con varios carriles y complicadas rotondas.

Esto, y el diferente nivel de experiencia en la conducción, hace que lo que es bueno para unos, probablemente sea perjudicial para otros. No pasaría nada grave si el uso de estas "facilidades" fuera una decisión personal y no fuera obligatorio circular por las vías "adecuadas" para las bicicletas, pero el caso es que muchas ciudades han empezado a hacerlo y donde hay una vía ciclista los bicicleteros no pueden circular por la calzada.

Es un asunto complicado. Y la solución salomónica se antoja injusta, pero lo que está claro es que la tabla rasa ("si tu vehículo es una bicicleta, entonces...") no va a dejar satisfecho a nadie. De hecho hay ciudades en el civilizadísimo mundo centroeuropeo que están planteando no sólo que las vías ciclistas no sean obligatorias para los ciclistas, sino que están planteando desmantelar algunas de ellas.

Me gustaría saber si la norma de limitación de la velocidad a 30 kms/hora que propone la DGT para tranquilizar el tráfico en las ciudades no tiene que llevar incorporada la consecuencia de desmantelar las vías ciclistas que haya implementadas en dichas calles. Así se matan dos pájaros de un tiro: calmar el tráfico y fomentar la circulación compartida en la calzada. De esta manera se mejora la seguridad, la visibilidad y con ello la circulabilidad de las calles y la masa crítica. Se simplifica todo.

Os invito a resolver este pasatiempos.

jueves, 7 de abril de 2011

¡El carril bici no es la solución!

Este artículo no es mío, como no lo son las imágenes elegidas para ambientarlo. Es de Asociación Ciclista Almansa en Bici y fue publicado el 4 de Abril en El Periódico Digital de Almansa. Lo transcribo literalmente porque creo que recoge muy adecuadamente un discurso que es muy importante que todos, pero sobre todo los que queremos andar en bici, tengamos bien interiorizado. No tiene pérdida.

Existen muchos mitos que rodean el uso de la bicicleta. Mitos que se vuelven excusas en algunas ocasiones como es el caso de la necesidad de estar en forma para usar la bici, el mal tiempo, etc.  La redacción de este artículo viene motivada por la idea general existente en la sociedad de la necesidad de crear un carril bici para poder usar la bicicleta en la ciudad.

Cuando pensamos en bicicleta, inconscientemente nos viene a la cabeza la necesidad de crear vías de tránsito exclusivamente ciclista, probablemente porque ya se separan a vehículos y peatones, en una separación que ha hecho más daño del que parece.

Me atrevo a dudar de la utilidad real de los carriles bici, debido a los siguientes motivos:
  1. Separa a bicicletas de vehículos motorizados. Por lo tanto, los coches siguen circulando a la máxima velocidad, con el consiguiente peligro para los peatones. Tampoco ayuda a que estos vehículos se acostumbren a la presencia de bicicletas.
  2. Requieren una red de carril bici que conecte la periferia con el centro y que una los principales puntos de la ciudad. Esto requiere una inversión altísima, lo que hace a los Ayuntamientos hacer tramos inconexos entre sí, lo que provoca que no se use lo suficiente por parte de los ciclistas y como consecuencia, la gente duda de su utilidad y piensa que dicho dinero podría haberse utilizado en algo más útil.
  3. Necesitan estar bien diseñados. Además de crear una red lógica y conectada entre sí, su diseño es importantísimo. No basta con pintar rayas en el suelo. Ha de estar separado con barreras físicas ya sea del resto de vehículos o de los peatones. En este último caso, son muy famosas las “aceras bici” que se realizan quitándole espacio al peatón y no al vehículo privado utilizando un carril inventado a partir de eliminar aparcamientos. Esto provoca conflictos entre peatones y ciclistas, especialmente teniendo en cuenta que muchos ciclistas no se comportan cívicamente.
La prioridad, por tanto, será la de compartir los mismos viales para todos los vehículos. Es decir que la bicicleta debería circular por el mismo lugar que los coches, ya que:
  1. Es el coche el que debe adaptarse a la velocidad de la bicicleta y no al revés.
  2. Segregar no cumple el objetivo de calmar el tráfico, sino que los coches seguirían circulando a la misma velocidad.
  3. No necesita de grandes inversiones.
  4. Es más seguro de lo que parece circular por la calzada, pero es necesario conocer algunas normas, como la necesidad de circular por el CENTRO de la calzada o de señalizar las maniobras a realizar.
Evidentemente, todos esto expuesto es conveniente contextualizarlo adecuadamente. Decía al principio que una de las excusas esgrimidas para no coger la bici es la falta de un carril segregado, pero leyendo entre líneas esta frase es mucho más coherente si vemos la realidad en las calles.

Y es que hemos normalizado ciertas situaciones que parecen normales, como:
  1. Circular a más de 30 km/h por las calles.
  2. Estacionar el coche y mantenerlo en un lugar durante horas, ocupando el espacio público que debería ser utilizado por los peatones. Esto no ayuda a crear un entorno cómodo para el ciclista y/o el peatón.
Pero analizando el exceso de velocidad en las ciudades, es curioso cómo hemos llegado a tal situación. Sabemos que los coches son peligrosos, que causan numerosos muertos en las carreteras y en las ciudades. Sabemos también que las ciudades son los lugares donde las personas pasan las 24h del día y que por tanto, deben ser los lugares más habitables para vivir, donde la persona y el peatón, deberían tener especial preferencia.

Nuestro egoísmo nos ha llevado a que haya vehículos que circulen a 40, 50 o 60 km/h en las poblaciones, y esto ha acabado matando las ciudades. Las ciudades ya no son seguras, son lugares donde constantemente tenemos que mirar a un lado y a otro para cruzar una calle, donde nos vamos a un parque para buscar esparcimiento porque en el resto de calles no tenemos esa posibilidad,…

En definitiva, la velocidad de los coches es la que hace que una persona que le guste la bici y quiera iniciarse en el ciclismo urbano, haga que no la coja por el miedo a ser atropellada, a que estorba,… lógico y normal. Por lo tanto, es prioritario reducir la velocidad de los vehículos motorizados en las ciudades. La velocidad de estos vehículos no debería ser superior a 20 km/h. De hecho, muchos de los barrios residenciales de Ámsterdam o Copenhague limitan su velocidad a 15 km/h y dan preferencia a peatones y ciclistas. Esta serie de medidas, lógicas y valientes, son las que harán cambiar los hábitos de movilidad.

¿Hasta donde llegaremos permitiendo total libertad a los vehículos motorizados? ¿Cuando dejaremos de poner excusas y actuaremos coherentemente? Por suerte, algo está cambiando en la sociedad y donde es más importante, en las Administraciones (Corporaciones, Gobierno y DGT). La hora de la bicicleta y el peatón ha llegado y el que no lo quiera ver se quedará atrás.

miércoles, 6 de abril de 2011

Segregar, discriminar, denigrar

En positivo. Es lo que pasa con el buen tiempo, que se ven las cosas de otra manera. Hoy he salido a tomar el pulso de la ciclabilización de mi ciudad y he de confesar que he quedado gratamente sorprendido. Impresionado más bien.

Segregación

Sobre todo, me ha llamado la atención la cantidad de gente que utiliza la autopista para ciclistas que bordea el parque central de esta ciudad. Es una senda bici o vía exclusiva para ciclistas con una anchura crítica (2 metros para 2 direcciones) un pavimento demasiado pulido que en mojado da algún susto, pero que en seco es impresionante. Representa la máxima expresión de segregación ciclista, pero cumple con unos mínimos de seguridad, anchura y confortabilidad. La carretera junto a la que circula tiene tan sólo un carril en cada dirección (futura calle 30 según la propuesta de la DGT), pero, siendo una circunvalación interior, presenta un tráfico agresivo.

El resultado: tráfico ciclista.









Discriminación

El problema con este tipo de vías que refuerzan la sensación de seguridad, donde la conducción es tranquila, relajada, despreocupada surge cuando se acaban. Siempre se acaban, sobre todo en la ciudad consolidada, donde el espacio es finito y las oportunidades de hacer autopistas es limitada. Y es entonces cuando surgen los problemas.

Una maniobra que requiere una señalización previa de abandono de la vía ciclista, de un giro casi a una mano de 90 grados, de una parada y de echar pie a tierra, de cerciorarse de que los automovilistas de los dos sentidos te van a ceder el paso (que normalmente si te ven a lomos de la bici no lo suelen hacer), de interactuar a la vez con los peatones y de reiniciar la marcha. Toda una suerte de incidencias y peripecias que hay que resolver en apenas 5 segundos de incertidumbre.

Una operación que muchas veces requiere de una atención especial, que no en pocas ocasiones se ve disminuída por la relajación adquirida en el tránsito por la vía ciclista, lo cual aumenta considerablemente el riesgo y que suele ser la causa principal de accidentes. Al menos eso es lo que nos reportaban en el estudio de accidentalidad de Sevilla comentado en este mismo blog.

Basta con ver estas dos secuencias de sendas maniobras de cruce. Son especialmente significativas las expresiones de las ciclistas.



Todas las precauciones son pocas. La mujer de la derecha resulta especialmente expresiva. Ella ha tenido que hacer una parada intermedia porque, doy fe, el automovilista encausado no estaba del todo convencido de que le iba a ceder el paso y sólo el contacto visual con la ciclista y la determinación que le ha transmitido su mirada le ha disuadido de no cederle el paso. Eso en un cruce con paso de ciclistas habilitado donde la prioridad de las bicicletas está reconocida, en una calle de máximo tráfico ciclista y, para más señas, Camino de Santiago.

Si esto no es discriminación...

Denigración

De aquí me he desplazado hasta la calle donde se produjo el fatal accidente que desgraciadamente costó la vida a una ciclista hace ya más de un mes. Por un lado para comparar el estilo de "carril bici" y por otro para comprobar si el Ayuntamiento había tomado medidas para subsanar el problema que motivó dicho accidente: la apertura de una puerta que invadió el carril.

Las diferencias saltan a la vista.

Un encajonamiento con bordillos a ambos lados, sin márgenes de seguridad, con una banda de rodadura de apenas 1,30 metros (65 para cada dirección). Esto no es un carril bici, esto no es una vía ciclista, esto no mejora la seguridad de los ciclistas ni siquiera en el tránsito, esto simplemente es una chapuza. Como analizaba hace unos días, la calle, con un sólo carril con una circulación moderada y una velocidad siempre inferior a 30 kms/hora, no requería la segregación del tráfico ciclista. Como mucho se podía haber habilitado un carril a contramano para ofrecer un atajo a los ciclistas.

Ha pasado ya un mes desde el trágico incidente y aquí no ha pasado nada.

Simplemente, denigrante.