jueves, 3 de mayo de 2012

Devolver a la bicicleta su naturalidad

Estamos emperrados en hacer las cosas difíciles, en complicar lo que era sencillo. Y lo fastidiamos. Porque creemos que sólo lo aparatoso funciona. Lo caro. Lo complicado. Lo que nos hace dependientes de tecnologías y de asistencias técnicas. Es lo que le ha pasado a la bicicleta en los últimos años.

Porque la bicicleta es eminentemente sencilla y esa es su virtud, su ventaja y su potencial. Hacerla complicada parece que ha sido el empeño de nuestras administraciones, de muchos "expertos" y también de los dichosos mercados. Empezando por construir carriles bici imposibles y absolutamente deficientes, pasando por implantar sistemas automatizados de bicicletas públicas y terminando por cambiar las normas de circulación, imponiendo a los peatones el tráfico en plataformas peatonales. El remate se apunta en la implantación de un registro estatal de bicicletas con toda su parafernalia ciberpolicial incluida.


No me quiero poner melancólico, pero hace unas décadas, cuando el tráfico era muchísimo más violento y menos respetuoso, utilizar la bicicleta era mucho más sencillo. La cogías, la utilizabas y la volvías a dejar. Tenías que aprender a utilizarla y dominarla, a cuidar de ella y a cuidar de ti y tenías que conocer y respetar las normas de circulación. Si no lo hacías, sabías que eras un fuera de la ley y que te la jugabas, por eso extremabas precauciones y tenías a mano una disculpa para cuando te pillaban "in fraganti". Entonces había más sentido común y más corresponsabilidad entre los que usaban la bicicleta para desplazarse. Hoy también puede hacerse de esa manera pero se presenta en muchos foros y de una manera interesada como si fuera una proeza, algo reservado a unos cuantos valientes aguerridos, y así se argumenta la utilización de las aceras o la necesidad de carriles bici, por ejemplo.

Lo que ha pasado estos últimos años de desenfreno presupuestario, de obra pública a discreción y de confusión alucinada que ha adorado cualquier invención si aportaba parafernalia ciclista, sólo ha servido para complicar y condicionar extremadamente el uso de la bicicleta de manera natural y presentarlo como algo necesariamente complejo y que requiere un acondicionamiento del entorno determinante. Y lo que era simple se ha vuelto casi indescifrable, y lo que era fácil ahora es peligroso.


Porque hemos dejado que demasiados miedosos, ignorantes, incompetentes, visionarios, mesiánicos o, en el mejor de los casos, malintencionados hayan metido mano en un pastel que nunca debió ser tal, para acelerar un proceso que nunca debió ser acelerado y que perseguía tener cuanta más gente mejor andando en bici en las ciudades a cualquier precio y en cualquier condición.

¿Podremos devolver a la bicicleta su naturalidad?

¿Aquella que la hacía fácil, práctica, rápida, barata, accesible, cómoda y conveniente? Sinceramente creo que habrá que desandar mucho camino y que habrá que reconducir el tema por otros derroteros, porque el asunto está absolutamente desenfocado. Y eso costará mucho y no va a ser fácil.

Ahora bien, si no se plantea el tema desde perspectivas que incluyan la bicicleta en la escuela, en el trabajo y en los centros neurálgicos de las ciudades, todo esto va a servir realmente para poco. Para muy poco.


Por suerte, la situación de bloqueo económico, político, energético y social en el que nos encontramos parece que va a ayudarnos porque, como ha quedado patente en otros momentos de colapso, la bicicleta emerge naturalmente cuando la cosa se pone fea, porque siempre ha estado ahí a nuestra disposición y sólo le volvemos la vista de verdad cuando no nos queda otro remedio.

Esperaremos sentados... pedaleando.

8 comentarios:

  1. :D te invito a Lima donde podras volver a disfrutar de la aventura natural de andar en bici sin ciclovias,con conductores agresivos que no respetan, ni a su madre (mucho menos cualquier señal de transito)

    es complicación y gasto es el que les permite ahorrar costos a la larga (las vias de bicicleta son mas baratas que las calles para autos) y salvar vidas, si SALVAR VIDAS

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    1. Existen muchos tipos de vías ciclistas. Pero decir que los carriles-bici salvan vidas no solo es mentir, sino que está animando a la gente a morir en cada intersección o tener un accidente por que la vía no presenta distancias laterales de seguridad adecuadas para circular a más de 5 Km/h.

      Las infraestructuras no salvan vidas: ni el carril-bici ni la calzada. Sin embargo, el carril-bici te lleva a la muerte sin escapatoria o reduciendo a la bici en un juguete para circular a 5 Km/h.

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  2. Eneko, has puesto por escrito una sensación que tenía hace tiempo y no sabía que era. Empecé en bici por Madrid en el 76 y hasta hoy. Siempre por la calzada, que la acera es de los peatones, con problemas a veces pero casi siempre tan contento. Me han atropellado tres veces, dos por mi culpa (sí, venga, que no somos santos...), una sin ella. Yo he atropellado a un peatón, por su culpa, pero sin consecuencias. Mientras tanto han salido aceras bici que no uso, carriles bici muy buenos para el fin de semana, y muchas políticas que no han cambiado nada en mi día a día. Me levanto, agarro la bici y ¡hala! a pedalear hasta donde tenga que ir como cualquier otro vehículo. No sé nada de polítcas de movilidad, sistemas multimodales y otros asunto, doctores tiene la iglesia. Pero creo que la política más válida es convencer a todos que la bici es un vehículo más, que debe respetar y ser respetado, y, la verdad, para mí eso es más asunto de Educación que de carriles y bicis públicas.

    Un saludo

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  3. En un mundo ideal poblado de gente educada y respetuosa los carriles especiales para bicis serian totalmente superfluos. La gente se desplazaría prioritariamente en bicicleta, a pié o en autobús, los pocos conductores restantes serian extremadamente cuidadosos con los ciclistas y peatones. Pero el mundo no es así y probablemente nunca será así. Es por eso que es necesario separar los más vulnerables de los más agresivos. No quiero decir que todo conductor de automóvil sea agresivo, pero los hay. Tampoco quiero decir que entre los ciclistas ninguno sea agresivo porque algunos lo son. Vulnerables todos los ciclistas lo somos.
    De cada vez más se lee que una bicicleta es un vehículo como cualquier otro. Es una idea que alguien o algo intentan imponer. Pero es falsa. Una bicicleta no es un vehículo como otros. Para empezar porque no tiene motor ni carrocería. Pero también porque tiene más parecido con un peatón que con un coche. Me explico: en una escala graduada en la que el peatón estuviese en la posición 1 y el coche en la posición 10 la posición de la bicicleta sería 1,1 considerando la energía cinética, que es lo que realmente cuenta. Si en lugar de la energía cinética consideramos la masa se situaría en el punto 1,2. Y si nos limitamos a considerar la velocidad se situaría en el punto 3,6. Como podemos ver siempre más cerca del 1 que del 10.
    Me parece obvio que un vehículo con unas características tan distintas a las de los otros no debe ser considerado igual que los otros. No quiero decir que no debe cumplir con las reglas de circulación, pero quizás deberían considerarse modificaciones o excepciones en las reglas para que puedan cumplirse.

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    1. Muy bien, con todo el rollo de las ciudades ideales, el respeto etc... Pero, simplemente, el carril-bici (lo que viene descrito en los manuales para su diseño) no ofrece garantías de seguridad a los ciclistas. Mientras no se entienda esto, no hay nada que hacer. Búscate otra técnica que no perjudique al resto de personas que circulamos en bici.

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    2. jajaja... un autobús o un trailer también tienen una gran diferencia respecto a un ciclomotor... ¿verdad? Si, el ciclomotor es más parecido a un peatón...: ¡pues que circule por la acera! Todos los vehículos tienen características específicas, pero no por ello dejan de ser vehículos. Incluso el reglamento de circulación ya trata a cada uno de ellos de forma distinta. Y no por ello dejan de ser vehículos. Los vehículos son aquellos que tienen posibilidad de circular por la calzada. Sin embargo, las aceras están reservadas exclusivamente a los peatones. Aunque algunos se empeñen en invadirlas sitemáticamente e, incluso, impongan pintura roja para permitir la invasón ciclista de este espacio que no solo está destinado a la circulación de personas, sino también a otras actividades como la simple contemplación o hacer un corro y dar vueltas.

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  4. Muy bien, con todo el rollo de las ciudades ideales, el respeto etc... Pero, simplemente, el carril-bici (lo que viene descrito en los manuales para su diseño) no ofrece garantías de seguridad a los ciclistas. Mientras no se entienda esto, no hay nada que hacer. Búscate otra técnica que no perjudique al resto de personas que circulamos en bici.

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  5. Políticos, técnicos y constructoras no permitirán que la bici sea tan fácil si pueden sacarle rédito político o económico por ejemplo, con carriles-bici y con bicicletas públicas, etc.

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