domingo, 20 de enero de 2013

Amaxofobia, la oportunidad

El telediario oficial ha recogido en su sesión de noche una noticia de esas que no se sabe bien con qué criterio se incluyen en el sumario, pero que te caen así, como minirreportaje de fondo, con testimonios incluídos. La amaxofobia o miedo a conducir ha sido la que se ha injertado hoy entre desgracia y desgracia.

La amaxofobia es como se denomina la patología que recoge el miedo a conducir en forma de crisis ansiedad. Razonable pensarán algunos, marginal opinarán otros, deleznable seguro que habrá algunos que defiendan. El caso es que la noticia presenta esta afección como algo mucho más común de lo que muchos sospechamos. Dicen que la amaxofobia la sufren, en sus distintos niveles de agudeza, uno de cada tres conductores.


Una de cada tres personas que conducen sufren esta dolencia y no se recogen todos los casos de miedo a la conducción. Terrible, terrorífico. ¡Y aún nos siguen vendiendo la experiencia de conducir como una experiencia incomparabla! ¡Pues vaya si lo es! Y, sin embargo, continúan sin querer desmantelar toda la lógica de la motorizzación, de la deslocalización, de la dispersión, de la zonificación y la alegría de la hipermovilidad porque creen que sigue representando el fundamento de esta maltrecha economía que hace aguas por los cuatro costados.

Y no sólo eso. Todavía sigue habiendo intrépidos irresponsables que siguen comerciando con el miedo de los ciclistas y el que tienen que tener los peatones como se les ocurra compartir el espacio, su espacio, el espacio de todos con esos que lo hacen desde detrás de un volante y a golpe de acelerador.

Es el miedo a conducir lo que hay que seguir fomentando y alimentando. No precisamente la citada amaxofobia, que no deja de ser una desgracia personal, sino más bien el miedo hacia una práctica que nos cuesta mucho a todos y que debería estar desaconsejado. Como fumar, como molestar a tus vecinos, como amenazar a los demás. El miedo nunca es bueno, porque es irracional, pero sí lo es la sensación de alerta y angustia por la presencia de un peligro o mal, sea real o imaginario.

Tenemos suerte, más del 85% de las personas que sufren esta fobia son mujeres y son ellas las que van a cambiar este mundo.

5 comentarios:

  1. Hola, Eneko.
    ¿Por qué los automóviles no llevan un texto bien grande impreso en la carrocería que indique algo así como que LAS AUTORIDADES SANITARIAS ADVIERTEN DE QUE CONDUCIR PUEDE MATAR? Está estadística y científicamente probado que el uso masivo de coches es una fuente de enfermedades, lesiones graves y muerte de personas en todo el mundo. ¿Hasta cuándo se va a seguir tolerando la publicidad (engañosa o no) de la industria de la automoción?
    Actibici.

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  2. De paso en toda la bolleria industrial y golosinas poner fotos de obesidad morbida con su texto alertando del uso abusivo de estos productos, no?

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  3. Desde luego que sí. Cualquier alimento insano debe llevar indicaciones sobre su peligrosidad. Totalmente de acuerdo.

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  4. La cuestión es más bien que un no fumador termina fumando aunque no quiera, aunque afortunadamente la cosa ha cambiado mucho. Lo mismo ocurre con los coches: todos tragamos su humo (más incluso si eres ciclista urbano). La bollería industrial no tiene nada que ver en todo esto. Si no quieres no la tomas y si lo hace el de tu derecha no te salpica.

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  5. “El dia en que la mujer se suba a la bicicleta, el hombre la va a seguir”. David Byrne

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