lunes, 18 de febrero de 2013

La bicicleta urbana objeto de estudio

El otro día estuvimos dilucidando, con unos estudiantes de decoración de la Escuela de Arte de Pamplona, cuáles podían ser las claves de un centro de referencia para ciclistas urbanos en una ciudad como ésta, en la que la bicicleta ha ido ganando presencia de una manera notoria en los últimos años.

Resulta complicado poner en antecedentes en tan sólo una hora a un grupo de jóvenes para los que la bicicleta, en muchos casos, no es más que un encargo más dentro de su disciplina académica, un escollo más, una idea más o menos peregrina o más o menos acertada de sus profesores.

Sin embargo, resulta también interesante tratar de profundizar con un grupo de profanos en este asunto de la bicicleta, porque se puede descubrir cómo de inquietante y vigente es el tema en cualquier círculo de nuestra sociedad y cómo de conscientes son nuestros jóvenes del papel que juega y puede jugar la bicicleta en el espacio urbano y las oportunidades que ofrece y que merece.

Al final de la sesión tuve que enseñarles cómo funcionaba mi Brompton

Salvando los tópicos más reiterados como son la indecencia de los carriles bici (o como se le quiera llamar a la gamberrada que han desplegado nuestros responsables municipales), la actitud de algunos ciclistas, la convivencia con los peatones y el miedo al tráfico, la práctica totalidad de nuestros jóvenes son incapaces de poner en cuestión el protagonismo de la bicicleta y su potencialidad en la configuración de una ciudad que necesita cambiar hacia un modelo más sostenible, más humanizado y más amable.

Resulta igualmente emocionante observar cómo se ha desmitificado la bicicleta como elemento minoritario, como vehículo marginal o como opción descabellada y estereotipada, incluso teniendo en cuenta todos esos prejuicios y dificultades que todavía presenta a priori.

Pero lo más alentador es que cualquiera que piensa e intenta desarrollar un proyecto relacionado con la bicicleta le da un carácter social, más allá de grupos reducidos, y considera que la bicicleta reúne todos los ingredientes de universalidad, cercanía, accesibilidad y familiaridad para ser un óptimo punto de encuentro para cualquiera. Una buena excusa, un buen motivo, un punto de coincidencia, algo que pertenece a nuestro subconsciente colectivo, porque es parte de nuestra vida, porque es fácil, porque es conveniente y, sobre todo, porque nos recuerda que la vida puede ser simple y divertida.

Ignoro cómo plasmarán estos estudiantes las ideas que estuvimos barajando durante esta jornada y que estarán a punto de presentar, pero, sólo con las expectativas que generaba el proyecto, podemos esperar que poco a poco vayan surgiendo todo tipo de iniciativas interesantes alrededor de la bicicleta. Estaremos atentos.

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