lunes, 25 de noviembre de 2013

La paradoja del paradigma

En Rusia hace frío. Mucho frío. Pero no tanto como para descartar la bici. Sobre todo porque la congestión se ha puesto tan imposible que el coche ya no sirve para llegar a tiempo a las citas en el centro de la ciudad. Eso es al menos lo que piensa Nikolai Kiselyov. Por eso coge a diario su bicicleta para desplazarse y poder atender sus compromisos puntualmente.


No pasaría nada si Nikolai Kiselyov fuera una persona anónima, pero no lo es. Nikolai es el vicepresidente de Всероссийское Общество Автомобилистов que en cristiano viene a ser la sociedad para la protección de los derechos de los automovilistas de toda Rusia, miembro de la FIA (Federation Interationale de l'Automobile), entidad dedicada a defender los intereses del coche, también como opción de movilidad cotidiana. Casi nada.

Nikolai ha decidido moverse en bici porque ha descubierto que el coche es lento, caro y puede darle un disgusto cualquier día. Y no vive precisamente en Moscú o en San Petersburgo. Voronezh apenas tiene un millón de habitantes y aqueja los mismos problemas que las grandes urbes.

Coche es libertad

Que alguien dedicado a defender los derechos de los automovilistas opte por la bici es doblemente simbólico y significativo. ¿Qué pasaría si aquí los mandamases de la DGT, del RACC o de la Fundación Mapfre probaran a evitar los atascos de la misma manera? Seguro que nos lucía el pelo mucho mejor y no nos tendrían tan acochinados.

2 comentarios:

  1. Aquí para empezar ni siquiera conducen, los lleva un chófer...

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  2. Kaixo Eneko!
    De nuevo llego a tu blog desde la orilla del Mediterráneo... y tengo que felicitarte por él y por los posts pedagógicos que escribes.
    Zorionak!

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