lunes, 17 de febrero de 2014

A la penúltima ¿va la vencida?

Una más. Otra más. Otra carta de un peatón indignado. Contra los ciclistas de acera temerarios e impunes. Contra la generalizada permisividad y connivencia de los que deberían estar atajando estas conductas y a estos conductores que van sembrando el terror por las aceras. Otra llamada de atención utilizando el altavoz de los medios de comunicación. Otro testimonio desesperado ante la relajación de las normas más básicas que garantizan la convivencia en la calle. Otra voz que clama. La última. La penúltima.


Unas cuantas veces a la semana nos toca leer cartas de estas. Con distintos tonos, desde distintos lugares, en distintos medios. Lo que es invariable es el mensaje: la acera no puede ser un lugar de circulación. Da igual de qué vehículos hablemos, da igual lo pretendidamente amables que los consideremos, lo que es inevitable es que, en cuanto las aceras y algunas zonas peatonales de carácter estancial son circuladas por bicicletas, patines y otros artilugios que aceleran la marcha de las personas, dichos espacios pierden su condición tranquila y despreocupada y se convierten en lugares donde la gente está tensionada y donde la libertad de movimientos y el estilo azaroso e imprevisible propio de las personas en la calle se ven coartados.

¿Hasta cuándo? ¿Cuándo será la vencida?

Parece que el camino andado en los últimos años no va a ayudar a enfocar el asunto porque se ha desquiciado de tal manera que ya no sabemos por dónde empezar, porque no nos acordamos de cuál era el orden de prioridades. Y no es una pura cuestión de educación para la convivencia, no. Eso es reducir el problema a un enfrentamiento entre débiles en los márgenes de la calle y consolidar el dominio del tráfico motorizado en el centro de la ordenación de nuestras ciudades.

Mientras sigamos consintiendo que esto se produzca y no reivindiquemos la reducción del tráfico motorizado y de la oferta de aparcamiento y la ralentización de la circulación residual, esta carta, cualquier carta siempre será la penúltima.

2 comentarios:

  1. ¿Me permites que reproduzca tu entrada, íntegra, incluida la imagen de la carta, en mi blog?
    Gracias.

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