miércoles, 26 de noviembre de 2014

No hay carril bici bueno...

"Ya está", dirán algunos, "ya tenéis el carril bici como queríais". Pues no. No es tan sencillo. Principalmente porque los que otorgan este tipo de facilidades no van a ser ni por casualidad usuarios de las mismas y no hacen más que dibujar algo que sólo el papel es capaz de sostener y luego contratar a alguna empresa capaz de ejecutarlo. Nadie lo pone en la palestra para discutirlo porque ese tipo de procesos sólo sirven para cuestionar la profesionalidad de los titulados y para retrasar la ejecución de las obras.

Hablamos en este caso de un carril bici en una de las cuestas que da acceso a la ciudad amurallada de Pamplona, una demanda antigua que, después de mucha batalla callada, se ha hecho realidad con una medida salomónica y tirando a barata, por no llamarla pobre, porque el "estamos en crisis" sirve de excusa para no hacer las cosas ni siquiera dignamente.

Para entenderlo hay que tener en cuenta que Pamplona es una ciudad a la que, por el norte, sólo puede accederse escalando sus murallas por las pocas puertas que se han abierto en ellas. Cuestas empinadas donde confluye todo el tráfico y que, en hora punta, se convierten en embudos terribles a los que incorporarse en bicicleta es, más que aventurado, temerario. Adosadas por unas aceras miserables en las que los ciclistas solos o invitados por el propio Ayuntamiento se pelean de una manera denigrante por unos espacios impropios, indignos y peligrosos con unos peatones que perplejos y resignados sufren las consecuencias.

El carril bici que se ha hecho en la embocadura de la Avenida Guipúzcoa, también conocida como Cuesta de San Lorenzo, se va a estrenar en breve, probablemente esta misma semana, y va a servir para conectar el Centro con el flamante parque de Trinitarios y con el barrio de la Rotxapea, al pie de la muralla.

La actuación la podemos resumir en la eliminación de dos carriles de circulación motorizada y la habilitación, con ese espacio, de una vía para bicicletas y una ampliación de una acera que era poco más que un bordillo donde circulaban peatones y ciclistas "refugiados" en dos direcciones.

¿La valoración? Mala. Un carril bici estrecho para ser en pendiente, con los ciclistas bajando entre peatones y ciclistas que suben, con unas defensas insuficientes hechas con bolardos de plástico, con distancia de defensa del tráfico motorizado insuficiente y con una acera duplicada en el puro asfalto, con una conexión espantosa con su carril homónimo en el Parque de Trinitarios (otra chapuza soberana). En fin, que no ofrece soluciones de calidad para los presuntos beneficiarios, pero que mejora una situación insostenible.

... excepto el que sirve para desmontar una autopista urbana

Del resultado, como vemos discutible, nos quedamos con el hito que representa al ser el primer desmantelamiento de una autopista urbana en la capital navarra. Con eso, en una ciudad de corte acusadamente automovilista es, para empezar, más que suficiente.



El efecto no se ha hecho esperar. Colas de coches (de a 1 pasajero y pico por carrocería) y algún bus y taxi atrapado. Mal, pero, como decía el responsable de la difunta y deficiente Area de Movilidad del Ayuntamiento de Pamplona, "esto dura un par de días, hasta que la gente espabila y elige un recorrido alternativo".


Las reacciones también se han sucedido y las opiniones gratuitas se han apresurado en hacerse oir. No podía ser de otra manera. La gente no quiere cambios, prefiere seguir soportando el estado de las cosas aunque ese estado les reprima, les impida disfrutar del espacio público, les condicione los itinerarios o beneficie sólo a una minoría frente a los demás.

Veremos cómo funciona en el tiempo, qué efecto llamada hace, cuántos usuarios congrega y, más en perspectiva, qué nuevas oportunidades promoverá, qué itinerarios consolidará y qué supondrá todo ello en la concepción de una ciudad que, ahora mismo, todavía es demasiado autocéntrica y demasiado despótica con la movilidad no motorizada. Demos tiempo al tiempo y exijamos mientras tanto su mejora y su extrapolación a otros puntos de esta ciudad o de otras donde se reproducen las mismas condiciones.

9 comentarios:

  1. El carril bici yo no lo veo tan mal, quizá lo único que haría falta es que lo hicieran un poco más ancho, ya que la gente que baje por la cuesta seguramente vaya bastante rápido y puede ser peligroso cruzarse con los que suban a tan poca distancia. Pero al leerte al principio esperaba una chapuza peor y veo que al menos han hecho varias cosas bien: quitar espacio a los coches y aprovechar para ampliar la acera.

    Como bien dices, lo mejor es ver que no han dudado en eliminar carriles a los coches para recuperar ese espacio para peatones y ciclistas. Al final es como hay que hacer las cosas, nadie va a querer dejar el coche, menos aún si todo son facilidades, hay que complicar la circulación de los coches, especialmente para aquellos automovilistas que abusan del coche (pienso en todos aquellos que van en un coche ellos solos, y que hacen viajes que pueden hacer perfectamente en otros medios como transporte público). Cuando vean que ya no es tan ventajoso hacer su viaje en coche ya buscaran alternativas, otro trayecto, transporte público, o incluso cambiar a moto o bici.

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  2. Yo pienso que el carril bici no sólo es necesario sino que también es una buena idea. Por la ciudad se debe andar en bici y no ir haciendo carreras, esa es la razón por la que un carril bici lo veo útil, sirve para andar pero no para hacer carreras

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    1. Gracias por el comentario. El carril bici sólo es necesario donde es imprescindible, en el resto de la ciudad, que es la mayoría, hay que plantear otras fórmulas. No hace falta ir haciendo carreras, pero la gente las hace, muchas veces, en el lugar equivocado. Últimamente veo demasiadas carreras de ciclistas en las aceras y muchas otras en carriles bici infumables.

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  3. Pásate por Holanda y ya me dirás la maravilla que son los carri bici. Creo que tu fobia por el carril bici no está para nada justificada, olvidas que el carril bici fomenta el uso de la bicicleta.

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    1. Léete el artículo, que muchas veces os ciega la excesiva filia a los carriles bici.

      Me he pasado unas cuantas veces por Holanda en los últimos años y créeme que he flipado mucho en vías interurbanas pero muy poco en vías urbanas. Principalmente porque lo que he visto es que más que por los carriles bici apuestan por excluir al coche. Hay que centrar un poco más el discurso en esa dirección y menos en la defensa tonta y a ultranza del carril bici.

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    2. De acuerdo con Eneko Astigarraga. Lo que hay que hacer es recuperar el espacio para las personas reduciendo el espacio dedicado a los coches que es la inmensa mayoría del espacio público de la ciudad. Reducir el limite de velocidad, crear calles residenciales beneficia mucho más a los ciclista que sacarlos de la vía y meterlos por torticeros carriles bici en los que hay que circular muy lenta y torpemente y llenos de cruces peligrosos.

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  4. En Cádiz tambien se está fraguando otro desproposito de "carril bici", que cuando esté acabado lso ciclistas o cogemos por otro lado o vendemos la bici. Saludos

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  5. Da la sensación que lo scicilistas nunca estamos conformes con lo que nos diseñan para "nuestro uso y disfrute" desde el Ayuntamiento de Pamplona, y que, a pesar de quitarle espacio al coche, nos sigue pareciendo mal el diseño de este carril. Sin embargo, no es que estemos disconformes con lo que hacen, sino con cómo lo hacen: no preguntan, no consultan, se iluminan de golpe y lo hacen. Este carril bici es solo una muestra de ello, nada más.

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